miércoles, 16 de mayo de 2007

De Regidores, Funcionarios y Consejeros Ciudadanos


-las tareas inconclusas-
*Nota Publicada por Seuplemento Identidad de El Mexicano





por Vianka R. Santana
derechocultural@yahoo.com.mx

Hace apenas dos semanas y con lujo de rueda de prensa el Regidor Carlos Mejía, presidente (aun) de la Comisión de Cultura y Bibliotecas ante la junta de gobierno del Instituto Municipal de Arte y Cultura IMAC, presentó renuncia a su partido de procedencia (PRD) para declararse público simpatizante del proyecto del candidato a la alcaldía por el Partido Revolucionario Institucional.

Si bien en tiempos electorales no sorprende ya el desplazamiento y reacomodo de aquellos que aspirando a cargos de elección popular, se adhieren a las siglas que les ofrecen mejor promesa de ganancia, tampoco sorprende que los que ya estén en funciones en la administración presente, intenten asegurarse un escritorio por otros tres años.

Sin embargo, el hecho de que un regidor que ha asumido la responsabilidad de velar por las mejores condiciones para el desarrollo cultural de la ciudad, defienda públicamente más presencia militar con la vehemencia con que no ha defendido el presupuesto del IMAC, y que además se ausente de manera reiterada de las reuniones del COPLADEM, para luego encausar su energía a un proyecto que parece haberlo seducido ( más que la cultura ), es de alguna suerte un insulto para la comunidad cultural que ha estado esperando que el IMAC cuente con una mayor inversión tanto para operatividad como para infraestructura.

Tal parece que ni funcionarios ni gobierno, advierten la importancia de los espacios que ha nivel nacional e internacional han ganado los artistas y creadores Tijuanenses, espacios que además han sido producto de la autogestión, de la promoción cultural independiente, y de la sobrevivencia de un sector que persiste en su entrega y búsqueda estética, a pesar del nivel de funcionarios sin visión con que en muchos de los casos cuenta la ciudad en materia de administración pública de la cultura.

Y es muy seguramente esa falta de visión, de diálogo y de integración entre instituciones y comunidad, lo que cada día complica aun más las condiciones para un verdadero desarrollo cultural, ya que el desarrollo cultural no solo tiene que ver con la creación de nuevos y equipados edificios, en esencia tiene que ver con una voluntad política expresada a través de procesos de gestión, promoción y difusión en primera instancia del arte y la cultura local.

De esta manera, con un Palacio de la Cultura no resolvemos las necesidades, si no hay detrás un importante presupuesto para contratar el personal suficiente y calificado para dar vida y sentido a los espacios de galería, archivo histórico y de servicios bibliotecarios. No basta con una promesa de Galería Internacional, si no cambian la óptica institucional con respecto a brindar más espacios a los creadores de las artes visuales, en un ejercicio plural donde todas las corrientes y todas las visiones tengan oportunidad, y no solo aquellas que sean afines a los intereses o preferencias de las administraciones en turno.

Creo que como ciudadanos y como miembros activos de la comunidad cultural, hemos descuidado nuestros escasos espacios para la participación ciudadana. Nos hemos dejado arrebatar de la forma más cínica y arbitraria los cuatro lugares para participar creativa y propositivamente en la junta de gobierno del IMAC, y hemos permitido que cuatro personas que a pesar de su buena voluntad, desconocen no solo la problemática cultural de la ciudad, sino que también desconocen a los creadores. Pero no hay que olvidar que el compromiso de Consejero Ciudadano es una responsabilidad y un privilegio, por lo que es absolutamente reprobable que artistas como Guillermo Castaño (que fue designado Consejero ciudadano), no se presente a ninguna reunión de COPLADEM, así como no se presenta habitualmente a ninguna actividad cultural ( al menos no a las que carecen del atractivo de contar con la presencia del alcalde ) .

Estamos llegando a un punto tal de descomposición en la Junta de Gobierno del IMAC, que necesariamente obliga a la reflexión y la búsqueda de alternativas. De nada sirve que la comunidad cultural se queje de la falta de recursos, de convocatorias o de infraestructura, si por otro lado, no hace nada por participar, recuperar y demandar la inversión y la acción elemental de los gobiernos. O si se limita a ser comparsa de funcionarios que buscan desesperadamente legitimarse a través de pequeñas concesiones y apoyos a creadores simpatizantes.

Estamos definitivamente en un momento coyuntural donde vendrán de todas partes a manos llenas las promesas, y en el que necesariamente habremos de revisar en lo personal y en lo privado el sentido de nuestro voto.
Recordar que las tareas asumidas por Consejeros Ciudadanos, Regidores, Alcaldes y Funcionarios, aun están inconclusas.

Seguramente en lo próximos meses se pondrán sobre la mesa de los debates temas como la seguridad pública, por lo que sería prudente recordar que aquellos gobiernos que han invertido en educación y en cultura han logrado abatir no solo los índices de delincuencia e inseguridad, sino que han reforzado su economía.

La educación y la cultura son elementos sin los cuales no puede concebirse el desarrollo de una comunidad. No basta con pavimentar, ofertar mecanismos de protección civil o prometer “manos duras” contra la delincuencia y el narcotráfico.
Lo que se necesita es una política pública incluyente, funcionarios comprometidos con la ciudad y no con sus proyectos personales, pero sobre todo; se necesita incorporar la cultura en la agenda pública de una manera transversal e irradiarla hacia todos los sectores y niveles de la sociedad.